sábado, 8 de enero de 2011

CASAS




Somos casas viejas, con paredes roídas, puertas desniveladas y ventanas despintadas, con techos agujerados,  pisos manchados, casas que la gente alquila por módicos o costosos precios, cada cual se da un valor, dependiendo del maquillaje que se les aplique y es que una reparación a fondo requeriría de un tiempo vacías, de un tiempo solas, en el que las paredes se lijen y se curen las humedades, que se desteche y se cubra con tejas nuevas, los pisos se laven a profundidad con ácido de ser necesario y en algunos casos hará falta romperlos del todo revisar los cimientos, las puertas deben ser niveladas y los cerrojos cambiados, para que eviten la entrada de cualquiera y dejen pasar con agrado a los invitados, las ventanas y los cristales lavados para ver mejor desde dentro el exterior, sin correr riesgos al salir, además poder abrirlas y dejar pasar la brisa, somos casa construidas y entregadas en perfectas condiciones, con lo básico el día de nuestro nacimiento, desde eso hasta ahora a veces las descuidamos, otras las limpiamos en exceso y no permitimos el ingreso a nadie, ni las arrendamos, otros prefieren amoblarlas si exageran ya no tienen ni por donde pasar de tanto adorno, algunas están vacías y otras tienen lo necesario, es una casa propia que decidimos prestar, alquilar, e incluso podemos vender pero jamás perderemos el dominio quizá entreguemos la posesión pero no el dominio, no hay sistema de registro de este inmueble intransferible, para épocas especiales es ordenada y lavada, y la fachada puede decir tanto como nada del dueño y solo este sabe a ciencia cierta los daños y reparaciones hechas, los secretos y tesoros ocultos, tiene la llave a ese cuarto de san alejo y es el único capaz de hacerle más plantas o dejarla caer en ruinas.

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