y si mi mente me permitiera un descanso,
podría volver a dormir, ocultarme del mundo de las pesadillas,
ingresar al mundo de la irrealidad, donde soñar no implicaría sentir,
si sentir no me hiciera soñar, y si soñar no implicara sentir,
si sentir no me impidiera pensar,
y si pensar no me impidiera omitir,
y si omitir me permitiera hacer,
y si hacer al fin de cuentas no fuera también omitir,
y si la espera no me frustrara tanto,
y si al frustrarme no me sintiera haciendo un algo omisivo,
que me impide pensar y no me deja soñar,
y sin poder sentir ni viajar al mundo de la irrealidad,
quedándome en el limbo donde las pesadillas me observan,
la cama se trasforma en campo de batalla,
la almohada es espada y la cobija escudo,
y mi mente el mejor remedio que me impide descansar.
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