Este año tuvo de todo, cosas buenas, malas, no tan buenas, no tan malas, malas, muy malas, terribles; encuentros, reencuentros, despedidas desengaños, lagrimas, risas, alegrías, felicidad, amores, entregas, travesuras, aventuras, conocidos, alegatos, discusiones, reconciliaciones, tertulias, carcajadas, caminatas, corridas, carreras, pasarelas, desfiles, chismoseadas, rajadas, viajes, paseos, locuras, corduras, inmadureces, reflexiones, un año productivo con mucho aprendido, mucho ganado, algo perdido.
El balance parece positivo, “unas por otras” dicen por ahí, recupere personas que creía perdidas y perdí otras que creía ganadas, dolió perderlas claro, como cuando del cuerpo desprenden una apéndice, al comienzo es extraño, después la extrañas, mientras te recuperas de la herida que se hizo para la extracción duele y si no haces la curación correcta ni te tomas los medicamentos adecuados para que no se infecte, habrán problemas y durara más el periodo de convalecencia, pero al seguir las recomendaciones médicas la herida sana pronto, por fuera y de a poquitos se restaura el tejido interno, en el caso de las personas perdidas las recomendaciones las da la experiencia más de dos décadas vividas han de servir de algo más que para aumentar años.
Los desprendimientos son dolorosos y dependiendo de la persona tardan más en recuperarse los tejidos internos, por lo general la herida externa es rápidamente sellada por un efectivo cicatrizante el orgullo, el primer paso es coger puntos que se cumple con una sensata disculpa si uno es el culpable o paciencia y oídos atentos a la disculpa si son solicitadas por el otro, el perdón y la humildad primero, si pasado este paso aun el alejamiento es inminente no hay nada más efectivo que una dosis de orgullo acompañada de unos tragos o si lo prefieres alguna sustancia que te de clama por un tiempo, esto es una etapa no permanente, después la herida queda cicatrizada perfectamente en el exterior ahora la procesión va por dentro los tejidos tardan y de vez en cuando alguna punzada se siente, pero con paciencia hasta olvidas y ni recuerdas porque fue el problema, pero sabes que si ya está hecho pues debes continuar y dejar que todo fluya hay quienes tardan tanto en cicatrizar que cuando tú ya has sanado viene y coger puntos con una sensata aunque tardía disculpa, si esto sucede es bueno aceptarla “no olvides que el perdón es lo divino y errar a veces suele ser humano” algún día tú también querrás ese perdón que es un bálsamo para el alma.
La pérdida de alguien duele en la medida que lo quieres, y falta en la medida que compartes, si es una persona muy amada pero con la que se comparte poco duele hasta los huesos pero no te percatas frecuentemente del dolor, si es alguien con quien compartes mucho, va a doler repetitivamente y dependiendo del cariño con mayor o menor intensidad, la herida más grave y que suele amenazar con desangrar es la del amigo con el que casi que vives y además adoras, esa te duele en proporciones inimaginables, al fin de cuenta a la tuza de pareja uno se acostumbra, la familia nunca lo abandona, pero la tusa de amigo entrañable no se cura sino con tiempo y paciencia, con clama y con reflexión, no vale la pena perder esos amigos por bobadas es mejor ceder dar el brazo a torcer pronto antes de que la herida carcoma e infecte, si aun así es necesaria la separación pues se siente como amputar un miembro principal dícese de pierna brazo, de eso que ya sin tenerlo aun rasca el dedo gordo, ese amigo al que ya no le hablas pero es inevitable no llamarlo el día del cumpleaños, no querer ser su paño de lágrimas si lo ves llorar y no ser el primer número que uno marca si la traga maluca reapareció, es así de simple esos amigos dejan huella, marcan y la tusa no se pasa con otro amigo, nadie lo va a suplir, ni nadie sabe tantos secretos ni entiende tan fácil tus actos, así que es una tusa solitaria pero valga decirlo muy sustanciosa, en el camino se crece y se aprende tanto que podría decirse que es solo por esos que vale la pena perder un amigo y no es que valga realmente más bien atenúa el dolor el saber que en el proceso se aprendió.
En mi balance de año ese fue el mayor aprendizaje y la mayor perdida, recupere una amiga del alma y perdí un amigo un parcero, en mi caso la alegría tranquilizo el dolor, y me queda el consuelo de que por mi parte pedí perdón, di mi brazo a torcer y hasta cedi sin ser culpable, ya cicatrizo y los tejidos internos parecen haber sanado, algunas veces como en navidad el recuerdo vuelve y deseas llamar y decir felices fiestas, pero a las decisiones ajenas hay que respetarlas, y si en mi camino quería que estuviese, en el suyo propio debía alejarse o lo quiso hacer, es así como este año de las muchas cosas vividas esta fue la que más me marco.
Un buen año más que eso un excelente año, y esperemos el próximo que muy seguramente traerá más retos que este, más problemas, más lágrimas, mas tristezas, mas angustias, más trabajo, mas carreras, pero así mismo, mas sonrisas, mas alegrías, mas amores, mas encuentros, mas aventuras, mas felicidad, de todo un poco más porque es básicamente un año más de VIDA, feliz y próspero 2011.
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